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Descripción:
Sapo de tamaño grande y robusto, que puede llegar hasta los 10 cm de longitud en machos y 11 cm en las hembras más grandes. Hocico redondo y ojos muy prominentes, con pupila vertical e iris de color dorado-verdoso o grisáceo, a menudo con motas más oscuras. No posee glándulas paratoideas, ni tímpano visible y es poco verrugoso limitándose estas a los costados. En las patas posteriores, se pueden apreciar unas membranas interdigitales muy desarrolladas y la clásica espuela de color negro, que no es sino un tubérculo metatarsiano puntiagudo.
La coloración es muy variable pudiendo ir del verde claro, amarillo pálido o blanco crema todos colores lisos, a presentar manchas oscuras o un jaspeado también bastante común.
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Las hembras, por lo general son más grandes que los machos y suelen presentar diseños más contrastados. Durante el celo los machos presentan un antebrazo ensanchado, aunque no presentan callosidades nupciales como en otras especies.
El renacuajo es muy grande pudiendo alcanzar tamaños de hasta 12 cm, con la cresta caudal muy alta, que puede aparecer desde la altura de los ojos. El espiráculo está al lado izquierdo y posee una boca muy característica con pico y dentículos negros. El color puede ser muy variable desde el amarillento o verde claro hasta colores pardos o negruzcos. |
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Biología y ecología:
Se distribuye por toda la Península a excepción de la cornisa cantábrica, Pirineos y sudeste peninsular, estando presente también en algunas zonas de Francia. En Valsaín solamente se ha encontrado en La Pradera donde cría de forma regular en las masas de agua de la zona con mayor entidad.
El hábitat preferido de la especie, estaría formado por sustratos más o menos arenosos, siendo bastante independiente de la vegetación. Se reproduce en balsas, charcas, humedales, canteras con agua y a veces en abrevaderos. En la provincia no suele sobrepasar los 1350 m.s.n.m.
Es una especie eminentemente nocturna y difícil de ver fuera de su época de reproducción pues se entierra en galerías de hasta 20 cm de profundidad excavadas por el, ayudándose de las extremidades traseras y sus espuelas,. En la zona está activo desde mediados de marzo hasta octubre, haciendo normalmente un parón durante los meses más cálidos. Su reproducción suele coincidir con los primeros días más cálidos y lluviosos de marzo, aunque también lo hemos visto en otoño. La duración del celo es variable dependiendo de la pluviosidad y las temperaturas pero suele ser bastante corta no extendiéndose nunca más de un mes y generalmente siendo más corta. |
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Durante este periodo los machos acuden a las charcas y empiezan a cantar bajo el agua normalmente en zonas con escasa vegetación, con un sonido grave y audible hasta cortas distancias. Las hembras acuden posteriormente y se van produciendo amplexos inguinales en cualquier posición de la charca, ya que puede producirse a profundidad media como en la orilla. La mayoría de los machos no suelen estar más de una semana en la charca, aunque las hembras sólo suelen estar 1 sola noche. La puesta consiste en un anárquico cordón gelatinoso de huevos de hasta 1 metro de longitud que puede contener más de 3000 huevos, dispuestos en varias filas.
La eclosión se produce a los 10 ó 12 días y las larvas permanecen 3 ó 4 meses en el agua hasta completar su metamorfosis, este dilatado periodo hace que muchos años no puedan completarse los ciclos y las larvas mueran por desecación de los puntos de agua. |
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Los sapos de espuelas alcanzan la madurez sexual a los 3 años de edad, pudiendo vivir hasta los 10 años (incluso 15 en cautividad).
Se alimentan preferiblemente de insectos, lombrices, babosas, etc, detectados al moverse y que esperan al acecho erguidos con la cabeza alta. Las larvas comen detritus, restos vegetales y carroña y también pueden devorar otras larvas de su misma especie.
Tienen una gran variedad de depredadores entre los que destacan garzas, milanos, estorninos, cárabos, lechuzas, ratas, musgaños, ginetas, turones, nutrias y culebras viperinas. Sobre las larvas además pueden depredar diversos coleópteros acuáticos, larvas de libélulas y varias especies de peces. Su mecanismo defensivo consiste en hincharse y producir pequeños chillidos que recuerdan a maullidos.
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