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Descripción:
La fresa silvestre es una planta herbácea, perenne (retoña todos los años a partir de la cepa), de entre 2 y 25cm de altura. Presenta unas hojas con el envés muy piloso, verdes, divididas en 3 segmentos dentados y ovaladas. Tienen nervios muy patentes por el envés.
Las flores son hermafroditas, con cinco pétalos, blancas de entre 4 a 8 mm. Nacen solitarias o en grupos de 2 ó 3.
Florece entre marzo y agosto.
El falso fruto mide de 10 a 17 mm, es ovoide, y de un color rojo intenso cuando está maduro. Los aquenios (verdaderos frutos) miden entre 1 a 1,5 mm. Los frutos maduran durante el verano. |
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Usos del fruto:
Las fresas silvestres son pequeñas, pero muy dulces y aromáticas, mucho más que las fresas cultivadas. 100 gramos de fresas contienen además 60 mg de vitamina C. Se pueden consumir frescas o también preparar con ellas mermeladas, yogures, confituras, jarabes, helados y sorbetes. Se pueden usar también para aromatizar vinos, así como corrector organoléptico en medicamentos y confitería. Los frutos machacados también se usan en cosmética para preparar mascarillas para tratar pieles grasas y contra las arrugas.
Crece en los claros del bosque, en los linderos de pistas y caminos, siempre en zonas de buena humedad. En Valsaín la hemos encontrado en buena cantidad en el valle de la Acebeda en las cunetas de las pistas y senderos, y también en la pista que circula paralela al arroyo del Telégrafo.
El nombre del género procede del latín Fragans: fragante, por el aroma de sus frutos y el sufijo aria indica posesión, es decir que poseen fragancia.
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