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Descripción:
Árbol de hoja perenne de hasta 20 m de altura, aunque rara vez sobrepasan los 12 m. El tronco es corto y grueso, algo tortuoso en los ejemplares añosos. La corteza es pardusca o cenicienta, agrietada longitudinalmente, desprendiéndose en tiras estrechas. La copa es muy densa, tiene forma cónica (especialemente en los ejemplares jóvenes) y es de color verde oscuro, las ramitas nuevas son de sección casi cuadrangular, ásperas al tacto. Las hojas son aciculares, cuando son jóvenes y escamosas después. En el propio pie se pueden ver de los dos tipos, normalmente las aciculares se ven en el árbol adulto cuando han sufrido algún tipo de daño (golpes, acción intensa del ganado, etc). La sabina albar es dioica, es decir, existen pies masculinos y pies femeninos. Los conos masculinos son ovoides u oblongos, de 3 a 5 mm y están formados por 4 a 6 pares de escamas en forma de parasol. Los conos femeninos, de color amarillo, se sitúan en las ramitas laterales y están formados por 6 escamas carnosas soldadas, formando una arcéstida globosa u ovoidea, de 6 a 10 mm de diámetro. En su interior hay de 2 a 6 semillas ovales de color pardo brillante.
La arcéstida es en un principio rojiza posteriormente convirtiéndose, con la madurez, en negro-azulada, cubierta, con frecuencia, de una cera blanco-azulada.
Florece en enero o febrero y los frutos maduran al 2º año de estar en la planta. |
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Usos del fruto:
El fruto, conocido popularmente en Segovia con el nombre de gallufa o agalluja, ha servido de alimento a vacas y ovejas. Los frutos son tóxicos para las personas y se han utilizado como abortivos. También se han usado tradicionalmente para quitar verrugas mediante determinados ritos mágicos.
Es una planta principalmente de terrenos calizos, pero en los Montes de Valsaín se cría en terrenos silíceos. Es muy escasa en estos bosques de la que tan sólo hemos encontrado un par de pies, en los prados de la Nava del rey, y en el entorno de Cabeza de gatos. Más abajo, existe algún ejemplar aislado pero ya fuera de la demarcación de los montes.
El epíteto thurifera, significa productora de incienso, debido a que su madera es muy aromática de la que decían que quemada hacía huir a los insectos y las culebras. |
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