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Descripción:
Se trata de una arbusto, de hasta 50 cm de altura, de hoja perenne, hemiparásita (tiene clorofila pero también parásita a su hospedador). Tiene hojas opuestas, elípticas o obovada-oblongas, flores muy pequeñas verdes o verde-amarillentas. Es una especie dioica, con pies masculinos y pies femeninos.
Tiene frutos carnosos, no pedunculados, de aspecto similar a las bayas, de color verde al principio y cuando maduran blanco o amarillento, de entre 5 y 12 mm de diámetro y semilla muy pegajosa.
Los frutos son muy venenosos ya que contienen unos polipéptidos especiales con aminoácidos denominados viscotoxinas. Maduran a finales de otoño o principios de invierno. |
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Usos del fruto:
Los frutos, que son muy pegajosos, tradicionalmente se han utilizado para fabricar liga (también llamada visco), para la captura de fringílidos por parte de los silvestristas o pajareros. Tiene un sabor desagradable, pero algunos autores aseguran que 25 frutos pueden conducir a la muerte y 3 ó 4 bastan para proporcionar una intoxicación a los niños. Provocan trastornos digestivos y cardiovasculares.
Sin embargo, en el maravilloso libro de Emilio Blanco, Diccionario de etnobotánica segoviana, dan el curioso dato, recogido en algunos mayores de Navalmanzano, Coca, o Cantalejo, de que los niños comían los frutos del muérdago. Afirmando que "el pipo no se comía", "están dulces" y que "no se comían muchas".
Se encuentra distribuido desigualmente por el pinar, nunca especialmente abundante, aunque no parece una planta difícil de ver, si se presta atención a la diferencia de color de esta respecto a las acículas de los pinos silvestres.
La planta es consumida de buena gana por las aves, en especial los túrdidos (mirlos y zorzales), teniendo el Zorzal charlo (Turdus Viscivorus), en su nombre científico el epíteto vicivorus haciendo referencia a que come muérdago (viscum).
Fue una planta venerada por los celtas, hace 4000 años, la llamaban "arbusto de la luna", la consideraban una planta sagrada pues "nunca tocaba el suelo". También ha sido utilizada como adorno navideño junto al acebo, por mantener ambas los frutos en invierno, siendo considerada como protectora, colgándose las ramas en las ventanas y las puertas de las casas.
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